Los productos pueden tener un valor significativamente diferente para distintos clientes. A veces, la conveniencia y la flexibilidad son mucho más valiosas que el precio. Las aerolíneas han descubierto que esta es una forma muy valiosa de discriminar precios entre clientes en el mismo vuelo. Los billetes totalmente reembolsables suelen ser cuatro veces más caros que los billetes no reembolsables para el mismo asiento en el mismo vuelo.
Todos conocemos a alguien que prefiere cambiar el aceite del coche él mismo en lugar de que lo haga un mecánico. En la mayoría de los casos, incluso si uno tiene las habilidades para hacer el trabajo, un taller especializado en cambios de aceite puede realizar la tarea mucho más rápido. Las personas que lo hacen por sí mismas a menudo subestiman su propio tiempo. Otros clientes valorarán mucho la comodidad y estarán mucho más dispuestos a pagar por el mismo servicio o producto.
Esta es la segunda parte de nuestra serie de tres partes sobre sesgo cognitivo y fijación de precios 101. ¡No olvides volver en unos días para leer la última parte de la serie!